En México, puedes establecer diferentes tipos de sociedades para la constitución de una empresa. Los principales son Sociedad Anónima de Capital Variable (SA de CV), Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable (SAPI de CV) y Sociedad de Responsabilidad Limitada (S de RL). Cada una tiene sus propias características, ventajas y limitaciones; para elegir cuál es la indicada para tu empresa es importante evaluar tus planes para ella y las necesidades de los socios.
Una vez definido el tipo de sociedad, se deben decidir los socios, la forma de administración, la designación del comisario, posibles limitaciones o reglas para socios, el porcentaje y capital de cada uno, así como el funcionamiento general de la sociedad.
También tienes que pensar en el nombre legal que tendrá la sociedad, más conocido como denominación o razón social. Te recomendamos que sea un nombre original y que no contenga palabras comunes, puesto que para poder utilizarlo deberás obtener la autorización de la Secretaría de Economía.
Una vez definida el tipo de sociedad a constituir y planear quiénes y cómo la integrarán, se debe recabar la documentación requerida, como lo es: ID, CSF, CURP, comprobante de domicilio, acta de nacimiento, y en caso de ser casado, certificado de matrimonio e ID del cónyuge.
Si eres extranjero, se agrega a la documentación: Constancia de legal estancia, permiso de turista, residencia temporal o permanente, etc.
Es importante saber que para constituir una empresa, hay pagos que realizar, como la creación del acta constitutiva ante fedatario público (puede ser un notario o un corredor público) que le dará nacimiento a la sociedad, y los pagos de derechos de registro del estado que tú elijas. Estos se deben de cubrir para crear y registrar la sociedad ante el Registro Público de Comercio, en dónde todas las sociedades del país realizan su inscripción.
Para poder utilizar el nombre legal que elegiste en el paso número 3, deberás solicitar el uso de razón o denominación social ante la Secretaría de Economía. Este trámite es gratuito y una vez obtenido el permiso, ya tendrás todos los elementos necesarios para que tu sociedad sea formalizada ante un fedatario público, que puede ser un corredor o notario público.
El acta constitutiva detalla las reglas y regulaciones internas de tu empresa y deben ser redactados con la ayuda de un abogado o fedatario para posteriormente ser firmada y formalizada.
Una vez firmada el acta, deberá ser inscrita en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de la entidad federativa correspondiente.
El Registro Federal de Contribuyentes (RFC) es el identificador fiscal de tu empresa. Los representantes legales de la sociedad deberán solicitarlo ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para comenzar a cumplir con los requisitos fiscales correspondientes.
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