Como todo inicio o empezar desde cero cualquier proyecto o decisión puede generar tensión, nervios y por supuesto miedo a lo desconocido. Y justo esa es una situación por la que una persona que desea emprender por primera vez puede sentir.

1. Miedo al fracaso 

De todos los miedos, el más habitual, el más humano e incluso el más sano. Porque tener miedo al fracaso significa que no eres inconsciente y que te preocupa tu proyecto. Lo importante es que este miedo no te domine y que se convierta en un obstáculo a la hora de iniciar un proyecto. Para fracasar, antes hay que intentarlo.

El trabajo bien hecho y, sobretodo, planeado, tranquiliza bastante. Y si ocurriera lo inevitable, fracasar no significa que se termine tu proyecto de emprender; más que no caer, la clave es saber levantarse. 

2. ¿Temor al éxito?  

Puede parecer raro, pero ciertamente, el miedo al éxito existe, aunque en muchos casos no se tenga consciencia de ello. Puede llegar a ser peor que el miedo al fracaso, porque puede conducir a un estancamiento profesional. A veces, se trata más de un miedo al cambio que al éxito en sí, pero también existe en aquellos casos en aquellos que creen que no podrán asumir más responsabilidades.

Preocuparse demasiado por la meta, y no por el camino es, a veces, lo que propicia este miedo. Para afrontarlo, reflexiona sobre lo qué significa el éxito realmente para ti e identificar lo que individualmente te preocupa y cómo puedes solucionarlo. 

3. Voy a perder mis ahorros  

El dinero, o la falta de dinero más bien, es otro clásico de las pesadillas emprendedoras. Nos haremos pesados, pero si quieres emprender, céntrate en tu idea. Y si quieres preocuparte por el dinero, preocúpate por los futuros beneficios más que por los gastos actuales. Porque para emprender no hace falta grandes inversiones ni mucho menos invertir los ahorros. Puedes emprender prácticamente a coste cero, y a medida que el negocio funcione buscar inversores. 

4. Nadie lo comprará  

Otra de las frases desafortunadas para no emprender. Si temes en no tener clientes o usuarios es que en realidad no confías realmente en lo que has creado. Tu producto o servicio debe responder, principalmente, una necesidad existente. Ya llegará el momento de preocuparte por los clientes, pero antes, céntrate en esto.

Si lo cumples, encontrarás tu sitio en el mercado y por consiguiente, tus clientes. 

5. Perder el tiempo 

Más que un miedo, esto es una preocupación. Emprender, no nos vamos a engañar, supone una alta dosis de sacrificio de tu tiempo personal. Esto no significa necesariamente que dejes de hacer aquello que más te guste si sabes administrar y sacar provecho a las horas que eches a tu proyecto. Lo importante, es saber invertir el tiempo para, precisamente, no perderlo: no se trata de echar horas porque sí, sino aprovechar el tiempo que le quieres dedicar a tu apoyo las que decidas dedicar para compaginarlo mejor posible con tu vida personal. 

6. Soy demasiado perfeccionista 

Ser perfeccionista, y esto lo sabrán los que se consideran, no es la bendición que todo el mundo cree. Si eres de los que crees que si no se hace perfecto, mejor no empezar a emprender, no te estreses y no dejes que los árboles no te dejen ver el bosque. Aprende a delegar y, sobretodo, a confiar en tus compañeros. No se trata de rebajar tus expectativas, pero si en adaptarlas. Si tienes una idea, llévala a cabo porque ya habrá tiempo de mejorarla, te lo aseguramos. 

7. No me gustan los cambios  

Los emprendedores son, por definición, inquietos y siempre andan buscando cambiar, ya sea su situación personal, profesional o incluso, en la medida de los posible, el mundo con su idea. Los cambios a veces son desconocidos y es esto, lo desconocido, más que el cambio lo que verdaderamente temen los emprendedores. Cuando emprendes se inician muevas rutinas y nuevos retos, y la clave está en saber gestionarlos. 

8. No tengo ni idea de gestionar una empresa  

Hay una importante parte de gestión empresarial, que implican aspectos como el plan de negocio o el plan de comunicación, vitales para que tu negocio funcione. Puedes asesorarte o buscar tu mismo los recursos que necesites para convertirte en el mejor gestor para tu proyecto. Nadie nace enseñado, cierto, pero con Internet y los recursos gratuitos en la red, ya no hay necesidad de temer por acceder al conocimiento. 

El mejor consejo que te podemos dar, es, ¡no tengas miedo a intentar algo nuevo o diferente y confía en tu proyecto o idea, porque sólo así te sentirás más cómodo en el camino!

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