Te presentamos un pequeño plan de negocio para iniciar un restaurante.

Dedicarte a la industria restaurantera puede resultar una inversión rentable siempre que elijas el lugar adecuado, tengas unos conocimientos gastronómicos razonables y, sobre todo, ofrezcas un trato exquisito al cliente. 

Eso sí, prepárate para dirigir un negocio muy sacrificado. 

1. Validar la viabilidad de tu idea 

Si quieres montar un restaurante, lo primero que debes hacer es valorar el potencial éxito del negocio. No te lances al vacío sin llevar a cabo este paso previo, la mayoría de las empresas suelen fracasar precisamente por no validar la viabilidad de la idea. Para ello, hay que tener en cuenta las características del sector de la hostelería y, sobre todo, la inversión necesaria para financiar el negocio.  

2. ¿Comprar o alquilar el local? 

Hacer un plan de negocio, como mínimo a un año, te ayudará a establecer las partidas que necesitas para empezar y alcanzar el punto de equilibrio. La compra o alquiler del local será el gasto inicial que mayor inversión requerirá. Ricardo Villanueva, asesor fiscal, asegura que “en caso de adquirir el local, la inversión se elevará de forma considerable, según la zona y el tamaño del mismo. Pero es recomendable, si se puede, comprar el local”. 

Por el contrario, José Luis Casero, asesor jurídico, aconseja “alquilar para no quedarse sin tesorería que permita afrontar otros gastos”. En definitiva, la decisión dependerá de tus posibilidades y de los riesgos que estés dispuesto a asumir. Si te decides por el alquiler, valora las reformas que tendrás que realizar (pide varios presupuestos) y ten en cuenta si te permite desarrollar la idea que tenías en mente.  

3. Material necesario 

Otro gasto importante a afrontar es el de la compra de maquinaria. Necesitarás artículos de tipo industrial, como cámaras frigoríficas, cocina, congelador, horno, enseres de cocina, cafetera, registradora, etc. 

 En el plan de negocio deberás tener en cuenta otros gastos, como los de constitución y gestoría, adquisición de mobiliario, compra de género y stock, gastos de personal y seguridad social, los impuestos y el fondo de maniobra que debes mantener hasta que empieces a obtener ingresos. Por tanto, a la inversión inicial deberás añadir al menos un 20% de estos gastos para cubrir imprevistos.  

4. A tener en cuenta 

Una vez determinados los gastos, tendrás que estimar los beneficios que obtendrás para calcular si el negocio será o no rentable. Un restaurante es rentable si obtiene al menos un ingreso que doble el gasto invertido en los productos necesarios para cocinar. Para calcular las provisiones necesarias, hay que determinar el número de mesas del local, los turnos de comida, si sólo vas a ofertar servicio de restaurante o también de cafetería, el número de horas que tendrás abierto el negocio, etc. 

  • Las provisiones

En hostelería el suministro diario de productos es fundamental, por lo que deberás ir viendo lo que cada día se consume para reponerlo. No obstante, algunos productos se pueden mantener en stock por no ser perecederos. Ricardo Villanueva aconseja “comprar el mayor stock posible de ciertos productos, como bebidas alcohólicas, cuando se consiga un precio interesante”.  

  • El local. Las mesas y los turnos

María José Pérez explica que “como mínimo, el local debe tener unos 50 o 60 m2, aunque locales más pequeños han obtenido licencia”. Pero para rentabilizar la inversión inicial, se necesitan al menos cinco mesas (para cuatro personas cada una), y doblarlas en la comida y en la cena.  

  • Características del negocio

Abrir un restaurante que sólo ofrezca comidas o un negocio mixto cafetería-restaurante dependerá del público al que te dirijas, del local y de la zona donde esté ubicado. Los expertos aconsejan aprovechar al máximo las posibilidades del negocio y diversificar los servicios. Para María José Pérez, “cuantos más servicios tengamos y más horas esté abierto el negocio, más fácil será cubrir los gastos fijos”. No obstante, si pretendes crear un restaurante de alta categoría, no conviene que des también meriendas. No hay reglas de oro para triunfar en este negocio, todo depende de lo que quieras ofrecer y a quién se lo ofrezcas. 

  • El menú

Ricardo Villanueva explica que “puedes poner un precio que eleve el margen del menú una vez restados los gastos de elaboración, pero sin perder de vista a la competencia para no perder potenciales clientes”. Es un error cobrar el menú caro si en la zona raramente se superan esos precios. La mejor arma, sobre todo al principio, es una buena relación calidad-precio. Así, irás adquiriendo fama entre los clientes.  

5. Conocimientos avanzados 

  • La contabilidad
    Si no tienes conocimientos de contabilidad, lo mejor es que la confíes a un experto, gestoría o administrativo autónomo; los gastos no serán demasiado elevados. Esto es especialmente aconsejable si el restaurante se constituye como sociedad ya que su contabilidad es más compleja. 
    Si lo dirige un autónomo, dependerá de si se acoge al régimen fiscal de estimación directa o al de módulos, ya que, explica Villanueva, “en el primer caso, más complejo, hay que llevar la cuenta de gastos e ingresos al día para que no se acumule el trabajo antes de cada declaración. Pero si quieres llevar tú mismo la contabilidad, conviene que tu ordenador disponga de una hoja de cálculo y un programa de facturación. Aunque lo mejor es un programa de contabilidad actualizable anualmente.

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